Leer libros es algo que parece natural y que nadie nos tiene que decir cómo hacerlo. Sin embargo, creo que durante muchos años estuve leyendo con algunas ideas incorrectas sobre la lectura en general.

Alguna de las ideas que tenía en mente sobre la lectura creo que las aprendí en la escuela, pero nunca reflexioné sobre ellas como para darme cuenta que no funcionan bien en mi vida.

Una de esas ideas era que los libros había que leerlos completos; comenzar por el principio, leerlos en orden y llegar a la conclusión para dar el libro por finalizado.

Resulta que algunos libros se ponen aburridos, o son simplemente muy malos, pero no te das cuenta hasta que estás en la mitad; creo que lo mismo pasa con algunas películas que prometen mucho al principio pero luego se van desinflando… mirarlas hasta el final no te van a devolver el tiempo invertido.

Sobre cómo leer más

Nunca pensé realmente sobre mis ideas sobre la lectura, hasta que escuché una entrevista a Naval Ravikant donde dijo:

Nos enseñaron desde muy chicos que los libros son algo que tienes que leer hasta el final. Los libros son sagrados. Así, llegamos a esta situación donde todas las personas que conozco están “estancadas” en algún libro. Y en ese caso, ¿Qué haces?, te das por vencido en leer libros por un tiempo.

Este razonamiento me dejó pensando, porque es una de las cosas que me suele pasar con la lectura. En lugar de abandonar el libro, abandono la lectura.

Tal vez le doy demasiadas oportunidades a libros que prometen, como si guardara algo de esperanza a que se ponga bueno; cosa que nunca me pasó.

Hoy uso una mentalidad muy diferente a la hora de leer libros: tengo varios libros empezados y muy distintos. A veces quiero leer sobre cosas que me sirven para trabajar, sobre metodologías y esas cosas… pero también tengo libros ajenos a todo eso, como “Yo soy el Diego” o “Una borrachera cósmica”. Y es que muchas veces simplemente quiero mantenerme leyendo, reforzando el hábito de leer un poquito todos los días.

También estoy siguiendo otra recomendación de Naval que es saltear cosas si se ponen aburridas. Muchos de los libros que leo tienen buenas ideas, pero dan varias vueltas usando metáforas o anécdotas que ahora simplemente “escaneo” para llegar a las partes que me interesan.

En definitiva, ya no dejo que las partes aburridas me arruinen las ganas de leer.